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Desde ladrones hasta grandes capos han sido capturados por la Policía por las pistas que dejan en redes sociales.
Facebook, Twitter e Instagram son las principales plataformas donde los delincuentes cometen imprudencias que terminan siendo claves para incriminarlos o dar con su paradero.
Los casos más conocidos provienen de México, donde los capos de los carteles presumen de su riqueza, autos, armas y mujeres. Uno de ellos es José Rodrigo Aréchiga Gamboa, "el Chino Antrax", perteneciente al cartel de Sinaloa.
Sus fotos en Twitter e Instagram en las que posa sin ningún tipo de cautela, fueron clave para su captura el 30 de diciembre de 2013 en el aeropuerto de Ámsterdam.
Según una investigación desarrollada por la organización SecDev en coordinación con Igarapé, la actividad de los narcotraficantes en redes sociales no solo se limita a la ostentación y demostración de poder, también es una manera de expandir su negocio.
Pero no siempre los protagonistas son los imprudentes, otras veces lo son sus familiares o amigos cercanos, como sucedió con Henry de Jesús López Londoño, alias "Mi Sangre", narcotraficante colombiano capturado en Argentina. Un policía logró volverse amigo y enamorar a la empleada de servicio de "Mi Sangre" a través de Facebook y así conocieron detalles de su vida cotidiana.
Algunas publicaciones se convierten en material probatorio como sucedió en septiembre de 2014 en Popayán con Éider Mauricio Guachetá quien subía fotos a Facebook de sus actividades delictivas.
"Todas esas secuencias que iban apareciendo en el Facebook de este muchacho se convirtieron en elementos materiales probatorios para que la Fiscalía emitiera la orden judcial", afirmó el coronel Mauricio Cartagena, comandante de la Policía Popayán.